Corneoterapia: la base para una cosmética personalizada

14/10/2020

Los ya numerosos problemas cutáneos aumentan continuamente, surgiendo así una exigencia que excede ligeramente las posibilidades de la cosmética convencional y las de la dermatología. El hecho es que hasta el momento, era verdaderamente complicado obtener los diversos preparados adecuados al cuidado y la prevención individual respecto al problema dérmico. La clave está en la Corneoterapia.

 

Desechada hasta hace algunos años por ser considerada irrelevante, la capa córnea —la barrera defensora de nuestra piel— ha ganado un creciente protagonismo por su rol en la manutención de una piel sana. El término “Corneoterapia”, formulado por el Profesor A.M. Kligman en el año 2000, se refiere al hecho de que una terapia de la capa córnea puede producir efectos clínicos persistentes después de tratamientos repetidos, y los tratamientos son, básicamente, aplicación de humectantes, cremas base que repiten la estructura molecular de nuestra capa córnea. La combinación de este concepto “humectante” de la piel, en conjunto con el desarrollo de una línea de productos que emula la estructura molecular de la capa córnea, denominados DMS (siglas en inglés de Estructura de la Membrana Dérmica), ha puesto de relieve nuevas metodologías en el mundo de la estética, la cosmética y la dermatología, que han llegado por fin a nuestro país. Os presentamos este nuevo sistema que os permitirá aplicar tratamientos de Corneoterapia.

 

Estrato córneo: guardián de nuestra piel

                 Las funciones más importantes de una piel sana son la protección del cuerpo ante la desecación y la protección contra influencias externas. De estas funciones se hace cargo la capa más externa de la epidermis: el estrato córneo. El  estrato córneo está compuesto semejante a un muro: los corneocitos inactivos (células córneas muertas) representan en esta analogía los ladrillos; los lípidos intercelulares, el cemento. Estos mencionados lípidos intercelulares son elementos competentes en cuanto a la eficiencia de la barrera protectora, llamada barrera lipídica. Posee ésta una estructura membranosa de doble capa, similar a las membranas celulares. Se describen también como bicapas lípidas (bilayer). En caso de que la estructura membranosa esté dañada, se deseca la piel, presentándose posiblemente áspera, agrietada y, además, mucho más propensa a la penetración de sustancias nocivas o agentes patógenos. Debe ser entonces nuestro objetivo, respecto al trato de la piel, el de mantener un estado intacto y lo más natural posible de estas útiles estructuras membranosas, situadas entre los corneocitos inactivos; esto se puede lograr usando productos que contengan principios capaces de reestructurar la barrera lipídica dañada y, lógicamente, que no impidan la autorregulación cutánea. Estos componentes deben ser idénticos a los de nuestra epidermis, o bien fisiológicamente muy similares. Un componente típico constituyente es la fosfatidilcolina, extraída de la lecitina natural. Forma la parte esencial de las membranas en todas las células del reino vegetal y animal, y es la base para ingredientes de alta eficacia en productos cosméticos o dermatológicos, como por ejemplo: liposomas, nanopartículas, DMS y oleogeles.

La Corneoterapia se caracteriza como una terapia Fuera-Dentro, con activos cosméticos tan efectivos como las terapias Dentro-Fuera con medicamentos tópicos (fármacos). Esta es una terapia sin efectos colaterales, basada en un concepto fisiológico en el centro del cual se encuentra la idea de la restauración del equilibrio natural de la piel.

 

Lo primero: el diagnóstico

                El primer paso para obtener los mejores resultados es llevar a cabo un diagnóstico preciso de la piel del cliente,  para ello se utiliza un equipo que permite medir con total  fidelidad tanto la humedad como el contenido de grasa de la piel, cuyo sistema se basa en el principio Corneometer para la medición higrométrica, y el principio Sebumeter en el caso de medición de la grasa o sebo. Luego de esta evaluación de la piel del cliente, y una vez obtenidos los valores de humedad y grasa de su piel, ya el profesional se encuentra en condiciones de preparar el cosmético personalizado (Preparado Individualmente Adaptado) que responda a sus necesidades individuales. Por ello, los productos DMS son la base de la Corneoterapia, así como ésta basa su efectividad en los productos DMS. Las características de estos productos son:

  • Sin perfumes, porque las fragancias son el agente sensibilizante número uno, y porque no es necesario cubrir los olores de los ingredientes si éstos son muy puros.
  • Sin conservantes, porque los conservantes son el agente sensibilizante número dos, y porque las alternativas a los conservantes son de última tecnología pero evitadas mayormente por sus costes de producción más caros.
  • Sin aceites minerales y siliconas, porque los aceites no fisiológicos, oclusivos, disminuyen la regulación de la regeneración de la piel y causan piel deshidratada.
  • Sin emulsificadores, porque los emulsificadores transportan no solo grasas y aceites a la piel, sino también de la piel al exterior junto con substancias de la barrera, seguido por una ruptura de ésta y desórdenes de la piel. Además, los emulsificadores pueden ser sustituidos por substancias formadoras de membrana como fosfatidilcolina y ceramidas.

El uso habitual de productos de Estructura de la Membrana Dérmica evita el efecto drenaje de los elementos protectores de nuestra piel.

Se logra una normalización de la pérdida de agua transepidérmica, se obtiene una normalización de la hidratación de la piel, una normalización de los lípidos de la piel y se inhibe la penetración de microorganismos (como por ejemplo el Staphylococcus aureus en la dermatitis atópica).

 

Tratamiento cutáneo: individual y flexible

               El hecho es que se abre para las esteticistas un amplio abanico de posibilidades no sólo en la aplicación de tratamientos cada vez más personalizados (y por tanto más efectivos), sino también por la posibilidad de venta al público de una cosmética única: hecha para cada persona de forma individual, un producto exclusivo diseñado de forma personalizada, y respondiendo a los problemas y necesidades específicos de cada tipo de piel, gracias al diagnóstico previo realizado con el equipo.

Cada uno de estos cosméticos se prepara con una crema base DMS a la que se le añaden los aceites, vitaminas, liposomas, nanopartículas, extractos de plantas, etc., de tal forma que se logre la adaptación individual para la prevención y el cuidado cutáneos. Existen miles de combinaciones de activos posibles, indicados para pieles grasas, normales y secas y los distintos problemas que ellas presentan. Además, también se ha desarrollado una línea de color (maquillaje) que responde a la misma formulación, es decir: sin perfumes, sin conservantes, sin emulsificadores, etc.

Las cremas base están indicadas para el cuidado de la piel, su protección para el tratamiento dermatológico. La transición del tratamiento dermatológico hacia la prevención cosmética se realiza sin intercambio de preparados, a base de la misma formulación DMS.

  • Se usan con éxito en cuanto a la prevención en casos de perturbaciones cutáneas. De ello se benefician, en especial, las personas propensas a pieles deshidratadas, impurezas cutáneas, acné, neurodermitis, psoriasis, etc.
  • Están libres de conservantes, perfumes, aceites minerales, emulsionantes, aminas, colorantes y siliconas. Así que resultan compatibles frente a las pieles sensibles, delicadas o, en general, problemáticas y para el envejecimiento, acné, rosácea, psoriasis, dermatitis atópica y otras acepciones de la piel.